Noticia Resumida:
De acuerdo con un consenso de expertos de la Sociedad Venezolana de Infectología, la incidencia de las infecciones intrahospitalarias (las que se presentan 48 horas después de ingresar el paciente), oscila entre 3 y 17 por ciento en el mundo; lo aceptable es que éstas no superen el 5 por ciento, pero en Venezuela, se estima que puede llegar incluso a 25 por ciento, y hasta más.
No hay números ni cifras concretas en todo el país, por ser éste un tema tabú, hasta ahora, sin registro estadístico. Estudiantes del posgrado de Administración de Salud de La Universidad del Zulia (Venezuela) han determinado que de cada 4 pacientes tratados, 1 lucha con algún tipo de sepsis (infección).
El gran vacío está en cuántas de las infecciones son responsabilidad del hospital o la clínica y en los índices de mortalidad por esta causa.
Como referencia, según el doctor R. Plowman, del Laboratorio de Salud Pública de Londres (Inglaterra), en el año 2000, las muertes por infecciones nosocomiales fueron superiores a las producidas por accidentes de tráfico.
En el presente artículo se entrevista a dos especialistas venezolanos sobre este tema: Alfredo Villalobos, bacteriólogo de La Universidad del Zulia (LUZ), ex presidente fundador de la Sociedad Venezolana de Microbiología, y Ricaurte Salom Gil, médico doctor Honoris Causa y director del Posgrado de Administración de Salud (PAS) de LUZ, coinciden en que las infecciones intrahospitalarias tienen como principal causa la negligencia e irresponsabilidad compartida y la falta de interés de quienes deben hacer el registro y rendición de cuentas: las clínicas y los hospitales, al igual, que comparte responsabilidad el Estado venezolano.
El cuadro de “víctimas” de las enfermedades intrahospitalarias, son generalmente: el paciente hospitalizado, las personas que sólo van a consulta, a curación o a practicarse exámenes complementarios, el personal que allí labora, los visitantes y la comunidad aledaña. También los enfermos a la espera de cama para ser hospitalizados y los que comparten habitaciones o espacio físico con los infectados en los centros de salud.
Villalobos explica que aunque el riesgo de muerte lo tiene cualquier infectado, los de más alto riesgo son las personas cuyo sistema inmunológico está debilitado (Sida, Lupus); las que usan ventilador en las terapias respiratorias; pacientes a los que se les practique traqueotomía, con edad avanzada, con padecimientos crónico-degenerativos (diabetes, cirrosis), con neumonía o bacteriemia.
Alfredo Villalobos destaca que son los mismos pacientes, o sus familiares, quienes tienen que asumir los gastos de los medicamentos y exámenes necesarios, luego de una infección adquirida dentro del recinto de salud. En otros países, desarrollados, es el Estado o la institución responsable de la infección la que costea su tratamiento.
Aún más deben gastar los pacientes cuando al llevarse una bacteria colonizada en su organismo, deben reingresar a hospitalizarse, o peor, requerir la reintervención quirúrgica. Además, deben comprar antibióticos de última generación que contrarresten la resistencia bacteriana.
Según el profesor Salom Gil, en Venezuela no se cumple la medida básica de contar con un vestuario que le permita cambiarse la ropa y colocarse otra esterilizada, al personal que labora, hace cursos, pasantías o estudios en las clínicas y hospitales.
"Nuestras plantas físicas no cuentan con diseños arquitectónicos para la prevención de infecciones en el momento de su construcción (aires acondicionados sin filtros especiales, áreas de esterilización inadecuadas, no hay cantidad suficientes de lavamanos, las UCI no contemplan el aislamiento de pacientes de acuerdo con categorías, no existen áreas de vestuario y lavandería). Con un criterio equivocado de ahorro se reutilizan materiales desechables; las enfermeras aunque puede que conozcan las técnicas de asepsia no las practican con rigor ni son supervisadas; el personal de limpieza no tiene preparación básica para desarrollar sus tareas en su establecimiento de salud; y el personal que atiende la alimentación de los pacientes hospitalizados tampoco tiene indicaciones de prevención para evitar la contaminación de éstos ni la esterilización de los elementos”, explica el profesor Salom Gil.
Para Salom Gil y Villalobos se deberían implementar políticas que generalicen en los centros de salud las acciones de higiene, desinfección, esterilización y capacitación del personal de todas las áreas desde el quirófano, pasando por la lavandería, hasta la cocina, con el objetivo de prevenir infecciones.
Fernando Fuentes Pinzón
www.nuestrosmedicos.com
@nuestrosmedicos
Fuente:
Universidad del Zulia (Agencia de Noticias) http://www.agenciadenoticias.luz.edu.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=1375&Itemid=163
0 comentarios:
Publicar un comentario