"El resentimiento está asociado con el desarrollo del cáncer", afirmó el doctor Arturo Panduro Cerda, jefe del Servicio de Biología Molecular del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” (México), en rueda de prensa para dar a conocer los pormenores del Módulo de Genética y Medicina Genómica del XVII Congreso Internacional Avances en Medicina (CIAM 2015).
Esta afirmación confirma lo que muchos podemos apreciar: las emociones negativas hacen daño físico al propio cuerpo. E incluso, recientemente fuimos testigos del desarrollo de cáncer en políticos latinoamericanos, con discursos llenos de resentimiento, desde Venezuela hasta Argentina.
En el desarrollo del cáncer pueden intervenir factores genéticos que se combinan con lo cualitativo como las emociones, entre otros factores. Por ejemplo, en el cáncer de colon existe un gen asociado, y la persona que lo trae puede desarrollar poliposis adenomatosa familiar; el siguiente paso puede ser el cáncer de colon.
Gracias a la medicina genómica, los especialistas están entendiendo cómo se desarrolla la enfermedad crónica, detectándose la susceptibilidad genética del individuo y los factores principales que interactúan con los genes que predisponen el desarrollo de la enfermedad crónica.
Entre ellos, los tres principales factores que interactúan con los genes y las enfermedades crónicas son: alimentación, actividad física y las emociones o actitudes.
Aclaró el Dr. Panduro, que si bien no existe un gen del resentimiento o del amor, la existencia de estos factores es determinante, incluso, las emociones podrían relacionarse con otras enfermedades crónicas, como la obesidad, y explica con un ejemplo en el cual las personas con obesidad que se someten a una cirugía bariátrica, desde niños pudieron sufrir el síndrome del atracón, relacionado con la ansiedad; detrás de eso también hay factores genéticos.
Entre ellos, los tres principales factores que interactúan con los genes y las enfermedades crónicas son: alimentación, actividad física y las emociones o actitudes.
Aclaró el Dr. Panduro, que si bien no existe un gen del resentimiento o del amor, la existencia de estos factores es determinante, incluso, las emociones podrían relacionarse con otras enfermedades crónicas, como la obesidad, y explica con un ejemplo en el cual las personas con obesidad que se someten a una cirugía bariátrica, desde niños pudieron sufrir el síndrome del atracón, relacionado con la ansiedad; detrás de eso también hay factores genéticos.
El especialista explicó que cuando una persona come, fisiológicamente llega hasta cierto límite al liberarse una hormona que indica al organismo ya está satisfecho. Hay quienes no la traen y siguen consumiendo alimentos porque tienen la sensación de que no se llenan. Es el caso de los niños que abren el refrigerador a todas horas y comen hasta en la noche.
A esto hay que sumar la alimentación: “Muchos que suben de peso tienen hígado graso por su dieta. No consumen fibra, tampoco alimentos antioxidantes”. Esa dieta puede generar alteraciones en la microbiota o flora intestinal, donde se libera una sustancia llamada triptófano, asociada con las depresiones.
Ahora se sabe que esta, ya sea cáncer, obesidad, diabetes o cirrosis, puede empezar 25 o 30 años atrás, y que factores como las emociones (y su control) junto a la alimentación y la actividad física, son determinantes en su desarrollo.
Fernando Fuentes Pinzón
www.nuestrosmedicos.com
@nuestrosmedicos
Fuente: Hospital Civil de Guadalajara http://www.hcg.udg.mx/PAGs/infAnuncio.php?IDBol=506&IDFot=1
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