La comida frita te acerca al cáncer de próstata

La investigación dada a conocer ayer 28 de enero del 2013, por parte de la Dra. Janet L. Stanford, co-directora del Programa de Investigación en Cáncer de Próstata del Fred Hutchinson Cancer Research Center (Seatle, Estados Unidos), establece que el hábito de comer al menos una vez por semana, una comida "sumergida" en aceite (en particular, pollo frito, donas, papas fritas o pescado frito), aumentaban la proporción de la aparición del cáncer de próstata dentro de los consultados, en más de un 30% (en particular, las variables oscilaron entre un 30 a un 37% dependiendo de factores como la edad u otros). 

Para el estudio, la doctora Stanford y sus colegas analizaron los datos de más de 1.500 hombres diagnosticados con cáncer de próstata y 1.400 hombres sanos, emparejados por edad y otras condiciones coincidentes. 

La explicación para esta mayor incidencia, reposa (según la hipótesis de la presente investigación) en que cuando el aceite se calienta a una temperatura ideal para freír alimentos sumergidos (en la información pública presentada no se determina cual es el tipo de aceite estudiado así que puede ser de maní, maíz, girasol, entre otros, ni tampoco la temperatura medida, pero se puede presumir que sea superior a 100 grados), se crean compuestos potencialmente cancerígenos, en particular: 

1. Acrilamida: Se encuentra en alimentos ricos en carbohidratos,  como las papas fritas; 
2. Aminas heterocíclicas e Hidrocarburos Policíclicos Aromáticos: sustancias químicas que se forman cuando la carne se cocina a altas temperaturas; 
3. Aldehído (al ser estos un grupo químico muy extenso, que abarca reacciones químicas al alcohol de consumo humano, o a conservantes, no es posible determinar a cual componente específico se este refiriendo la doctora en la presente investigación), y 
4. Acroleína: un químico que se produce en la quema del aceite.

Estos compuestos tóxicos se incrementan con la reutilización del aceite y una mayor duración de tiempo de fritura de los alimentos a ser consumidos.

En conclusión, sus resultados indican una relación estrecha entre la alimentación basada en comida freída y la incidencia del cáncer de próstata, por lo cual, es menester controlar la ingesta de esta, tanto cuando se come en casa como cuando se hace fuera (parece ser que apunta directamente a la comida rápida basada en el aceite frito: papas, pollo, etc). 

Sin embargo, esta noticia hay que digerirla (curioso juego de palabras) con cuidado, ya que no se establece el tiempo de cocción con aceite de los alimentos, ni los tipos de aceite medidos (o sus marcas). 

También hay que tropicalizar el estudio (tal vez algún investigador criollo se interese), porque en Venezuela comemos con mucha frecuencia productos freídos como: tequeños, pasteles, empanadas, yoyos (una empanada basada en plátano), tajadas (rodajas de plátano maduro), tostones (rodajas pequeñas de plátano verde), patacones (porción grande de plátano  que hace a su vez función de pan), churros, buñuelos, mandocas, y un largo etc. 

Fernando Fuentes Pinzón

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Fuente: http://www.fhcrc.org/en/news/releases/2013/01/eating-deep-fried-foods-associated-with-risk-of-prostate-cancer.html